miércoles, 3 de febrero de 2010

Recepción de los Habitantes del Pueblo de San Pedro Martir a la División Cuernava y Compañeros de Alameda: ¡Ese Apoyo Si Se Ve!

Recibimiento por la comunidad de San Pedro Martín, Tlalpan, D.F.


27 de Enero de 2010



Después de Once horas de Caminata, partiendo de las instalaciones de la División Cuernavaca, arribamos al Pueblo de San Pedro Martín. Una nutrida comitiva nos recibió en la entrada principal al pueblo. El ambiente era festivo, celebraban nuestra llegada y nuestra lucha. Caminamos hasta la parroquia en medio de consignas y del retumbar de los “cohetones”, la gente a nuestro paso se asomaba por sus balcones, ventanas y puertas.

Ya en la Parroquia nos esperaba una “Oración Ecuménica en Solidaridad con los trabajadores electricistas”, la capilla abierta recibía a los peregrinos en esta singular celebración, donde la iglesia católica anfitriona se unía junto a la iglesia anglicana y la mormona en esta celebración.

Fuimos sorprendidos por las palabras1 de franco apoyo del Presbítero Jesús Ramón Muñoz quien desde el pulpito de su iglesia daba la bienvenida a los “… hermanos electricistas que trabajan por la paz.” Y apuntaba que no hay paz sin justicia, por lo que nosotros en nuestras justas exigencias somos trabajadores por la paz. El Reverendo de la iglesia anglicana Carlos Leopoldo Osnaya, también dio un mensaje solidario con nuestro movimiento. Las palabras de los laicos de las iglesias participantes, se unieron al clamor de justicia de nosotros los electricistas.

El compañero Héctor Salazar Porcayo agradeció a las iglesias participantes, y la comunidad en general, su recibimiento, sus palabras de apoyo, su hospitalidad y generosidad por compartir el pan y la sal. Explico el motivo de la peregrinación a la basílica de Guadalupe por los compañeros de la División Cuernavaca en un acto de fe y detallo el estado actual de la lucha que llevamos. Los jóvenes de la comunidad entregaron una manta en apoyo al SME y dirigieron unas palabras solidarias de parte de la “Pastoral”.2

Al finalizar la celebración ecuménica, -y desde que entramos al atrio de la iglesia- pudimos palpar la solidaridad de los habitantes de San Pedro, se disponían ordenada y pulcramente mesas con alimentos calientes: atoles, café, tamales, guisados como mole de pollo, entre muchos más.

Pernoctamos en las instalaciones de las tres iglesias en lugares agradables y limpios. A la mañana siguiente nos despidieron con itacates para el camino, tortas aguas y naranjas para todos los peregrinos. Emprendimos nuestra marcha rumbo a la Básilica de Guadalupe.

Nuestra más Sincera Gratitud a los habitantes de San Pedro Martin, que de manera cálida, excepcional, y solidaria nos recibieron.

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